domingo, 7 de junio de 2015

Rutina rota.

8:00

La habitación empezaba a llenarse de luz, los rayos ya incidían sobre la cama y Mord luchaba contra ellos tapándose con las sábanas, no quería salir de sus reconfortantes sueños. Se estaba tan bien, en los sueños todo era perfecto, no había que preocuparse de nada, todo sucedía sin tener que preocuparse en hacer nada.

9:30

Salir de la ducha, coger la toalla, secarse mientras observa su reflejo. Vestirse y ya está preparado para un nuevo día. 

15:00 

Entrar a casa, el día ha sido agotador, no ha hecho nada en especial. Pero aún así no le quedan energías. Una mañana vacía más que le deja exhausto. Ahora toca preparar la comida. Y de pronto el móvil vibra, echa un vistazo:

"-Hola, ¿qué tal ha ido tu mañana?
+Bueno, nada especial. Un día más de clases superado.
+¿La tuya?
-Pues más de lo mismo, que triste todo. xD"

Mientras sigue cocinando, atento al móvil, la conversación sigue avanzando y a Mord le empieza a aparecer una sonrisa en esos labios que apenas unos minutos antes parecían estar sellados, los hombros caen y son por fin liberados de toda la tensión de esa mañana aburrida y vacía.

17:30

No se ha dado cuenta y lo que parecían segundos han sido ya más de dos horas. Cada vez que empiezan esas conversaciones su mente desconecta de la realidad, cuál marinero encantado por el canto de las sirenas. Tan solo puede pensar en seguir la conversación, mensaje tras mensaje. 

Pero ahora toca ponerse a hacer cosas productivas. Toca tarde de entreno y después a estudiar.

22:00

El día llega a su fin, la cena ya está servida. No ha vuelto a saber nada. Mira el móvil sin saber que hacer, "seguramente vaya a molestar, mejor no digo nada..."

22:30 

Recoge la mesa, lava los cubiertos, plato y vaso. El móvil vuelve a vibrar. 

-¿Qué tal la tarde, has estado muy ocupado?
+Sí, ya sabes el ir al gimnasio, las cosas de clase, ¿tú qué tal?
-Bien, ya sabes, lo de siempre.
[...]

La conversación nocturna de siempre, Mord ya vuelve a estar encantado por el canto de su sirena. Pero tiene miedo, miedo a confesar la necesidad que tiene de que esta sirena le "cante", desea oír su canto en todo momento. Porque en cuanto no puede escucharlo su mundo se vuelve un poco más sombrío. El canto de su sirena le ilumina desde dentro, mostrando la belleza de poder respirar un día más, de la importancia de seguir adelante por muy duro que se haga el camino. Mord prefiere seguir manteniendo esto en secreto, teme que si la sirena descubre esto dejará de cantar para él, de que se asustará y no volverá a entonar ninguna nota para él. 

23:57

Mord ha caído dormido, mañana empezará un nuevo día. De pronto el móvil vibra y la pantalla se ilumina con un nuevo mensaje.

- Mord, ¿sabes?, cada día espero el momento en el que me vayas a hablar, es una sensación rara. Pero siento que si no hablamos falta algo esencial en mí, y siento que voy a molestarte en todo momento, hablando sin pensar en que quizás estás ocupado y estoy siendo una molestia para ti...





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